Anécdotas del Futuro
*El siguiente cuento es un trabajo de ficción. Los personajes, organizaciones, marcas, y eventos retratados son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Este material no refleja las opiniones del autor. Puede representar temas y lenguaje altamente inapropiado para demográficos sensibles y no deberia ser leído por menores.
“Papá, tenemos que hablar.” Tomé un sorbo de mi espresso. Mi padre llevaba su atuendo habitual: un sombrero de copa y una capa negra.
“¡Mira!” El dijo, “¡Se me ha ocurrido un truco nuevo!” Tomó la porción de leche —que parecía una teta pequeña—y la colocó frente a su ojo. “¡Mira! ¡El hombre que pierde un ojo! ¡Y luego… genera otro!” Se rió como un loco.
“Papá, por favor, para.”
Acercó el tenedor a la mano que sostenía el chupete de leche y lo desgarró con un severo y brusco movimiento. “¡AHHHHHHHH!”
“Papá,”
“¡AHHSHDFHFDKAHSFKHDSHJFHJ!” Realmente quería hacerme creer que sus ojos estaban llenos de un líquido blanco en lugar de sangre.
“¡Papá! ¡La gente nos está mirando! ¡Estamos en un maldito Denny's!”
Escondió la porción de leche aplastada y abrió los ojos lentamente–fingiendo que la blanca y nublada luz del sol lo cegaba. Una anciana de la mesa de al lado aplaudió divertida, y él hizo una reverencia agradecida.
"¿Terminaste?" Dije irónicamente.
"Sí."
"Necesito que pagues el alquiler, ¿de acuerdo?"
"¿Ah, eso? Sí, no, no, sí, claro, claro, David."
"Ya lo dijiste hace varias semanas. Necesito el dinero de verdad. Me temo que te echaré si no pagas pronto. Tengo otras ofertas, ¿sabes?"
"Acabo de conseguir un nuevo trabajo." Sonrió con una emocionante malicia.
"¿Es un trabajo pagado?"
"Sí."
"¿Ah, sí? ¿Cuándo es?"
"Mañana,” El respondió.
"¿A qué hora?"
"A las diez."
"¿Dónde?"
“Tendría que buscar la dirección en mi teléfono, pero es una fiesta infantil, así que, por desgracia, no puedes venir.”
“Mira, papá, sé que estás en bancarrota. Quiero ayudarte, pero parece que no me tomas en serio. Siento que me estás utilizando, la verdad.”
“¿Utilizándote? ¡No, no, no! ¡David! ¿Cómo puedes pensar eso? ¡Soy tu padre, por Dios!”
“Lo sé, lo siento, es solo lo que pienso.”
“Soy tu padre, soy mago y te quiero.”
“Solo lo dices, pero no lo sientes.”
“Lo digo en serio, te quiero, David.”
“¿Y me seguirías queriendo si yo, como la persona que te cobra renta, te echará?”
Benedicto tragó saliva. “Sí,” Él exclamó sin pensar, mirando por la ventana.
“No te creo. Tienes un día, mañana cobras el dinero del concierto y me das la mitad del alquiler o te quedas en la calle.” Tiré un billete de veinte sobre la mesa al salir. Lo miré a través de los ventanales del Denny's; el tenía la mirada perdida. Me pregunto cómo terminó así. Antes era mi padre, un hombre de familia, un tipo quien crió a un niño, pero ahora su hijo es, de alguna manera, más grande que él, de alguna manera más estable económicamente que él; es tan extraño. Sabía que el nunca debío intentar ser mago, pero no puede evitarlo. Las malas decisiones lo persiguen a donde quiera que vaya, haga lo que haga, creo que él es la personificación de las malas decisiones. Es muy triste verlo así. Ojalá pudiera ayudarlo, pero es inútil. Me fui en mi coche. En la autopista, el viento rugía en mis oídos mientras rodaba de vuelta a casa…